tedio escolar

1.
Habla demasiado durante las clases. No hace los deberes. Tiene que  esforzarse más. No estudia la asignatura. Es sucio y desordenado. Conocimientos Insuficiente.  Conducta Muy Deficiente.

2.
El colegio, la infancia. La administración de los niños. Pupitres y lápices. Plastilina y  cartulinas de colores. Tijeras y horarios. Notas, juicios de valor transmutados en cuantificación de hechos.
Muchos niños, unos cuantos adultos. Niños, los mayores y los pequeños. Adultos asalariados, director, jefe de estudios.





¿Llega uno a ser una serie de informes remitidos por las autoridades? ¿Llega uno a ser una autoridad? 

Sea un Alumno á, uno de tantos ni más ni menos que uno más. Sea un Maestro B, uno de tantos ni más ni menos que uno más.

A á lo despiertan muy temprano para llevarle al colegio antes de que los padres entren a trabajar. Le dan de desayuno carantoñas y reproches. 

B se despierta temprano gracias al despertador obediente para ir a trabajar. Desayuna café y noticias.

Adiós ni más ni menos que a sus padres que le dejan en la puerta de la institución para dirigirse a sus lugares de trabajo. La cartera con los libros a la espalda.

Hola ni más ni menos que a los jefes y a los compañeros de trabajo y a las actividades planificadas. Hay que llevar al día la agenda.

Suena el timbre, a clase.

3.
En principio B quiere enseñar y á quiere aprender.

De hecho á - a la fuerza ahorcan- está aprendiendo con sus compañeros y contra ellos, está aprendiendo de los mayores y contra ellos, está aprendiendo frente a los pequeños y contra ellos.

B sin embargo no enseña, en principio, a sus compañeros y mucho menos a sus jefes. Comenta, acata, discute. Enseña a los alumnos, por los alumnos y para los alumnos. También enseña por la sociedad y para la sociedad. Y por un sueldo. 

Si á aprende es bien por curiosidad bien por interés o bien por obligación. Por el mero placer de hacer y aprender mientras se hace; por ganarse el afecto de los demás, compañeros o adultos; por sometimiento a la autoridad que los padres han transferido a B y el respeto que B haya podido ganarse. 

4.
‘Más uno’ es la regla de la aritmética, ‘uno más’ la de la existencia, la condición ontológica de ser. Soy, propiamente hablando, uno más, uno entre tantos otros, y uno entre unos cuantos. Soy uno más lo otro. 

Tender hacia fuera y volver a uno mismo. Esta es la regla del devenir, del volverse alguien en vez de nadie.

Pero ser uno más, es ser uno cualquiera y esa debiera ser nuestra aspiración, no ser ni más ni menos que los otros, que lo otro. Este es el principio ético.

á es uno más y B es otro. B es uno más y á es otro. á y B son uno más y la naturaleza e instituciones son lo otro. La naturaleza y las instituciones son uno más. Ambas podemos conocerlas y transformaras o transformarlas y conocerlas. Conocerlas transformándolas. Ambos podemos conocernos y transformarnos o transformarnos y conocernos. Transformarnos conociéndonos.

5.
¿Y qué hay que aprender? ¿Y qué tenemos que enseñar? ¿Y Cómo separar educación e instrucción? ¿Y cómo separar teoría y práctica? ¿Cuándo, dónde, cómo, por qué y en qué nos transformamos los unos a los otros? ¿Cuándo, dónde, cómo, por qué, en qué y para qué se transforman á y B?

¿Cuándo? Por la mañana a lo largo de unas horas, medidas y compartimentadas, anunciadas por el sonido del timbre y separadas por descansos dónde evadirse

¿Dónde? En un aula sentados frente a mesas, o sentados en pupitres, o en esas sillas con paleta incorporada. Con una pizarra y una ventana e información en las paredes. Con un crucifijo quizás, o la foto de un reyezuelo, símbolo de la máxima autoridad. Con imágenes de personajes cuyas gestas se debieran imitar. Con mensajes que recordar.

¿Cómo? á ya espera sentado y B ya espera de pie. Lección 1: Espera. B habla y á escucha, B pregunta y á responde, B manda y á obedece. Lección 2: Obedece. á hace y B corrige y á hace de nuevo y á aprende o no aprende. Lección 3: acierta o fracasa.

¿Por qué? Por la socialización y la alfabetización. Por placer o por imperativo legal, á se transforma en alumno y B se transforma en maestro, á se transforma en niño y B se transforma en autoridad. Pero, y el niño ¿se transforma para transformarse en autoridad?

¿Para qué? Para gustar a los demás y conseguir afecto; para disgustar a los otros y lograr imponerse; para complacer a los demás y subordinarse por el miedo. á y B recíprocamente. 

6.
En el recreo á con sus compañeros, con los mayores y los pequeños. Buscando en los otros afecto, respeto, emoción, aventura, diversión. Pero también temeroso frente a lo desconocido necesitado de apoyo y protección. B con sus compañeros, con el director y el Jefe de estudios. Buscando respeto, afecto, quizá, pero también intentando mantener su autoridad frente al juicio de los otros. 

á corretea y fabula, B conversa y comenta y juzga.

7.
Y así transcurren las horas, los días, los años.

1 comentario:

  1. y luego tal vez B decide dejar de juzgar. Acierta o fracasa, no lo sabemos, pero encuentra el afecto el respeto y la libertad.
    y así transcurren las horas, los días, los años.

    me encanta.
    gracias

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